Reflexionando
sobre la renovación pedagógica y las TIC en nuestro Departamento
hemos llegado a una serie de conclusiones:
En
primer lugar, con el uso de las TICS en muchos casos ocurre, como ya
señaló McLuhan, que el medio se convierte en el mensaje. Es decir,
que realmente lo que enseñamos es más el manejo de una herramienta
informática que una transmisión o creación de conocimientos a
través de él. Y es evidente que dentro de nuestras programaciones,
en el apartado de TIC, consignamos que usaremos determinados
programas o recursos electrónicos, pero hemos de plantearnos si con
ello generamos una ganancia sapiencial, no meramente procedimental o
actitudinal, también en el alumnado.
(imagen obtenida en recursos.cnice.mec.es)
Porque,
en segundo lugar y como consecuencia lógica de lo anterior, creemos
que el uso de las TICS, tal y como se enfocan actualmente en la
mayoría de los casos, no generan propiamente nuevos contenidos
conceptuales sino contenidos procedimentales y/o actitudinales. Por
ejemplo, cuando sustituimos un comentario de texto por la creación
de un videolit, lo que
estamos haciendo, entre otras cosas, es privilegiar el contenido
subjetivo frente al objetivo: queremos que se plasmen los
sentimientos, vivencias, imágenes...que origina un texto sobre una
determinada persona, pero ello, realmente, no proporciona
conocimientos ni mayor información objetiva sobre el poema ni sobre
el autor. El procedimiento es sin duda útil, así como hasta cierto
punto necesario incluso, en un mundo audiovisual virtual en el que se
está convirtiendo el mundo actual frente al mundo alfabetizado
anterior. Y también resulta muy interesante saber exponer
públicamente ese producto al resto del mundo mediante su inserción
en las redes sociales. Mas no por eso el discente sabe necesariamente
más sobre la materia de estudio.
Pues,
evidentemente, (ya estamos en el tercer apartado) tenemos una materia
de estudio, una serie de contenidos que han de ser impartidos a
nuestro alumnado. Y si esa materia de estudio puede entenderse como
una creación, comprensión y transformación de textos, estupendo:
la mayoría de herramientas informáticas que nosotros en nuestra
amplia ignorancia conocemos admiten, permiten y privilegian ese uso.
Pero ¿qué ocurre con asignaturas científicas y tecnológicas en
niveles abstractos? ¿Puede funcionar igual un videolit
para Castellano, Latín,
Inglés... que para Física, Tecnología o Biología? Posiblemente
existan muchísimos programas y herramientas específicos para tales
asignaturas, pero, sinceramente, no se nos ocurren su uso fuera del
ámbito sustitutivo de libros, libretas, calculadoras... Además,
recordemos de nuevo lo dicho en el apartado segundo: si los
contenidos que creamos con las TIC es subjetivo y procedimental, su
papel en las materias científicas (obviamente, ancladas en lo
objetivo) ha de ser previsiblemente muy reducido.
Porque, ya para finalizar con estas conclusiones sin duda pedestres,
ese es el peligro máximo que nos han enseñado a evitar cuando se
habla de renovación pedagógica y TICS. No es renovación usar un
ordenador o un móvil para no hacer una cuenta con una calculadora,
como tampoco sustituir el libro por apuntes enviados por correo
electrónico.
Pero aún hay más. ¿Cómo podemos crear conocimiento a través de
las TIC, entonces? La única solución que nos aparece es otorgarle
un papel doblemente activo en el aprendizaje al discente: de ser el
receptor/replicador del emisor docente se ha de convertir en
emisor/receptor de los datos que encuentra gracias a la tutorización
y guía del docente que, además, se convierte en un árbitro del
conocimiento, más que en un depositario del conocimiento y difusor
de la Verdad. El discente, además, es emisor de datos a sus iguales
en un proceso horizontal y no vertical como hasta ahora. Esto abre un
interesantísimo panorama que nos hemos decidido a experimentar con
nuestro limitado panorama estudiantil.
Ya os contaremos (o no). Por de pronto, nos vamos a dedicar a
curiosos ejercicios surrealistas para provocar el conflicto
cognitivo, ya sabéis, la clave educacional posmoderna.
(imagen obtenida en recursos.cnice.mec.es)
Porque,
en segundo lugar y como consecuencia lógica de lo anterior, creemos
que el uso de las TICS, tal y como se enfocan actualmente en la
mayoría de los casos, no generan propiamente nuevos contenidos
conceptuales sino contenidos procedimentales y/o actitudinales. Por
ejemplo, cuando sustituimos un comentario de texto por la creación
de un videolit, lo que
estamos haciendo, entre otras cosas, es privilegiar el contenido
subjetivo frente al objetivo: queremos que se plasmen los
sentimientos, vivencias, imágenes...que origina un texto sobre una
determinada persona, pero ello, realmente, no proporciona
conocimientos ni mayor información objetiva sobre el poema ni sobre
el autor. El procedimiento es sin duda útil, así como hasta cierto
punto necesario incluso, en un mundo audiovisual virtual en el que se
está convirtiendo el mundo actual frente al mundo alfabetizado
anterior. Y también resulta muy interesante saber exponer
públicamente ese producto al resto del mundo mediante su inserción
en las redes sociales. Mas no por eso el discente sabe necesariamente
más sobre la materia de estudio.Pues, evidentemente, (ya estamos en el tercer apartado) tenemos una materia de estudio, una serie de contenidos que han de ser impartidos a nuestro alumnado. Y si esa materia de estudio puede entenderse como una creación, comprensión y transformación de textos, estupendo: la mayoría de herramientas informáticas que nosotros en nuestra amplia ignorancia conocemos admiten, permiten y privilegian ese uso. Pero ¿qué ocurre con asignaturas científicas y tecnológicas en niveles abstractos? ¿Puede funcionar igual un videolit para Castellano, Latín, Inglés... que para Física, Tecnología o Biología? Posiblemente existan muchísimos programas y herramientas específicos para tales asignaturas, pero, sinceramente, no se nos ocurren su uso fuera del ámbito sustitutivo de libros, libretas, calculadoras... Además, recordemos de nuevo lo dicho en el apartado segundo: si los contenidos que creamos con las TIC es subjetivo y procedimental, su papel en las materias científicas (obviamente, ancladas en lo objetivo) ha de ser previsiblemente muy reducido.
Porque, ya para finalizar con estas conclusiones sin duda pedestres, ese es el peligro máximo que nos han enseñado a evitar cuando se habla de renovación pedagógica y TICS. No es renovación usar un ordenador o un móvil para no hacer una cuenta con una calculadora, como tampoco sustituir el libro por apuntes enviados por correo electrónico.
Pero aún hay más. ¿Cómo podemos crear conocimiento a través de las TIC, entonces? La única solución que nos aparece es otorgarle un papel doblemente activo en el aprendizaje al discente: de ser el receptor/replicador del emisor docente se ha de convertir en emisor/receptor de los datos que encuentra gracias a la tutorización y guía del docente que, además, se convierte en un árbitro del conocimiento, más que en un depositario del conocimiento y difusor de la Verdad. El discente, además, es emisor de datos a sus iguales en un proceso horizontal y no vertical como hasta ahora. Esto abre un interesantísimo panorama que nos hemos decidido a experimentar con nuestro limitado panorama estudiantil.
Ya os contaremos (o no). Por de pronto, nos vamos a dedicar a curiosos ejercicios surrealistas para provocar el conflicto cognitivo, ya sabéis, la clave educacional posmoderna.